El Almiñé

El armonioso caserío de este pequeño núcleo rural se distribuye a lo largo a una calle principal, que coincide con un tramo de la antigua calzada conocida como “La Cuesta”, por la que discurría la Ruta de la Lana o el Camino Real, que ya comunicaba desde hace siglos el Mar Cantábrico y la Meseta Castellana.

Al borde de esta calzada podemos contemplar numerosas casas armeras y palacios señoriales que se levantaron entre los siglos XVI, XVII y XVIII y que exhiben bellos escudos en sus espléndidas fachadas. Y junto a esta arquitectura señorial, aparecen bellas construcciones tradicionales, potro, bolera, lavaderos, fuentes, etc.

Pero el edificio más sobresaliente de este conjunto es la iglesia de San Nicolás. Esta joya del arte románico provincial fue levantada en el siglo XII y presenta gran semejanza con la cercana iglesia de San Pedro de Tejada, como se constata en su torre emplazada sobre el crucero, en la que resaltan sus ocho dobles ventanales. Portadas, ventanas, canecillos y el husillo del campanario completan su exterior. En el interior, algunas paredes de su única nave aparecen decoradas por unas interesantes pinturas murales.

Si continuamos ascendiendo por la calzada, casi al final del pueblo, nos encontramos con el centro de interpretación de El Almiñé. Arriba, ya en el páramo, se emplaza el santuario de Nuestra Señora de la Hoz, donde tiene lugar una animada romería el primer sábado de julio. En El Almiñé, en Carnaval, también se celebra la original Danza del Gallo.

Incluso se ha constatado que en algún tiempo, esta calzada fue utilizada por algunos peregrinos que se dirigían a Santiago.

Puntos de Interés

Conjunto de El Almiñé

La población de El Almiñé se reparte en tres barrios : El barrio de Incinillas o de Abajo, también llamado de Santa Lucía; el barrio de la iglesia; y el de Fuente Miñé.

Cada uno cuenta con su propio templo: el de Incinillas tiene la pequeña ermita de Santa Lucía; el barrio de la iglesia es un conjunto de casas, con fuente-pilón-lavadero, potro de herrar, bolera y la magnífica iglesia de San Nicolás; y en el barrio de Fuente Miñé se encuentra la pequeña ermita de San Sebastián o “Del Alba”, porque en ella se celebraba una misa al amanecer para los viajeros y comerciantes que estaban de paso en el pueblo.

 

Iglesia de San Nicolás

Levantada en el siglo XII, la iglesia de San Nicolás fue uno de los principales testigos del comercio de la lana. Esta joya del arte románico provincial guarda una gran similitud con la cercana iglesia de San Pedro de Tejada.

La iglesia resalta por su juego de volúmenes. En toda su estructura de una sola nave domina el estilo románico, aunque presenta añadidos y reformas realizadas en siglos posteriores. Su esbelta torre campanario, con sus ocho dobles ventanales, está edificada sobre su primitiva cúpula. A la torre se accede a través de un husillo semicircular, Su cabecera presenta un renovado ábside al que también se añaden varias capillas, que sustituye al primitivo ábside semicircular románico.

Portadas, ventanas, canecillos, capiteles, ajedrezados y otros elementos confirman su estilo románico. En el interior, algunas paredes y techos de su nave aparecen decoradas por unas interesantes pinturas murales descubiertas hace unos años.

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